TEXTO DE NACHO:
IGNACIO RAFAEL RAMOS (año 2000)
Expedición española al Caúcaso "Arábika 2000"
La primera vez que me hablaron de la espeleología en
Rusia, en ningún momento se me ocurrió que me vería involucrado en
una expedición a esa parte del mundo. El proyecto se fue gestando
desde el verano del 98 y tengo que reconocer que no fue hasta
comienzos de 2000 cuando tuve consciencia de la magnitud del
asunto, y ya en el mes de agosto aquello no tenía marcha atrás.
Todos éramos conscientes de la importancia y
posibilidades de la cueva, pero ninguno de nosotros consideró la
"gravedad" de la aventura. Llevábamos todo para enfrentarnos a una
sima de esa envergadura, pero lo que nos habían contado sobre el
paso de la frontera, una vez allí cobró protagonismo y se convirtió
en una verdadera aventura.
El récord del mundo de profundidad siempre estuvo
entre los objetivos de la expedición, aunque nuestro grupo no
consiguió el deseado premio, si, y esto debemos agradecérselo a
nuestros colegas ucranianos y rusos, nos han hecho protagonistas del
triunfo, a sabiendas de que nuestra labor fue sólo una parte del
trabajo integral en la sima krúbera-Voronya.
Expediciones a krúbera-Voronya.
La boca de la sima se localiza a 2250 m.s.n.m.
Hasta agosto de 1999, esta sima tenía una profundidad de -340 m.,
cota a la que se cerraba en una estrechez impenetrable. A pesar de
su escasa entidad, esta cavidad nunca fue abandonada del todo dadas
sus grandes posibilidades de conexión con el sistema Arábikskaya, el
mas importante y profundo de la zona.
En agosto de 1999 tuvo lugar la primera expedición
del equipo "Vtoroy Eshelón" (segundo escuadrón) nombre tomado en el
sentido de grupo de espeleólogos veteranos, "de la retaguardia".
Como objetivo secundario tenían el reexplorar la sima, buscando la
posible conexión con el sistema Arábikskaya, de la que esta sima
podría ser una boca superior.
Como resultado de los trabajos de reexploración, se
encontraron sendas ventanas en el p-45 que va de
-210 a -255
m., que enlazaban a su vez con meandros fósiles con continuación
abierta. Al meandro noreste se llegó por una ventana situada a
-225m. Tras dos grandes pozos, p-110 y p-125, se alcanzó el que es
ahora "vivac -500". A partir de los -525m. comienza un meandro con
algunos resaltes y pequeños pozos que recibió el nombre de "sinusoida",
por lo sinusoidal de su trazado. Después del meandro, de nuevo pozos
y cascadas. En la última entrada a la sima se alcanzaron los -750 m.
Se habían acabado todas las cuerdas, pero la sima seguía.
La segunda expedición del equipo “Vtoroy Eshelón”
tuvo lugar en agosto de 2000. Su único objetivo, vistos los
resultados del verano anterior, era continuar con la exploración de
la sima. Después de instalar la parte conocida -750, se continuó con
la exploración. La sima no cambia en cuanto a morfología y la
sucesión de pozos se hace interminable, con lo que se gana
profundidad rápidamente y la cota mágica de –1000, se ve superada.
La providencia hace que con la última cuerda que les queda, consigan
bajar un p-71, que da a una gran sala donde poder montar un vivac en
futuras incursiones. La cota en la sala es de –1215 m. Sabiendo que
nosotros viajaríamos en el mes de septiembre, se desinstala toda la
sima, dejando las cuerdas plegadas en cabecera de pozo y sacando
sólo el material metálico. Se da así por concluidos los trabajos.
Expedición de Septiembre 2000
La
expedición se inicia el día 29 de agosto en Madrid. Nos juntamos en
casa de Cuadro donde debemos empaquetar el equipo y distribuir el
peso del material entre todos.
Al día siguiente nos trasladamos al aeropuerto de
barajas. A las 10:15 embarcamos. Llegamos a Moscú ese mismo día a
las 17:45. Tenemos que cambiar de aeropuerto. Como el otro avión no
sale hasta las 08:15 decidimos darnos un paseo por Moscú.
Son las 8:00 y comienzan los primeros problemas.
Pretenden cobrarnos por exceso de peso en nuestros equipajes, a lo
que nos negamos. Después de mucho discutir y el escaqueo de algún
bulto, conseguimos que nos rebajen la cantidad inicial y embarcamos
en el avión que mas parece un autobús con alas. A las 10:40
llegamos a Adler. Aquí nos esperan Denís, Yuriy, Vatek y Grisa.
Denís es ruso y Yuriy ucraniano. Vatek y Grisa son los que van a
cruzarnos y los que nos subirán hasta Orto-Balagán.
Este mismo día compramos la comida, carburo, una
cocina y demás utensilios. Lo necesario para 20 días.
Paso de la frontera.
Sabíamos
que teníamos que pasar una frontera, y lo que nos habían contado no
se parecía en nada a lo que íbamos a vivir. Esto se convirtió en una
aventura dentro de la aventura.
Debido a un atentado ocurrido en una estación del
metro de Moscú, el 20 de agosto, supuestamente perpetrado por
chechenios, la frontera está blindada. Estos usan esta frontera ya
que la suya con la Federación Rusa está al rojo .Por supuesto que
por 300$ por persona nos abren y todos los problemas de paso se
solucionan. No estamos dispuestos a pagar tal cantidad. Nos
retiramos buscando otra solución más económica. La solución no llega
y lo más curioso del tema es que nuestras cosas ya están del otro
lado, en Abkhazia, por lo que llevamos con la misma ropa un par de
días.
Lo intentamos por la mismísima frontera, pero cuando
nos acercamos nos preguntan: ¿españoles? si; ¿espeleólogos? si;
¡entonces no!. Sólo personal O.N.U., contesta el comandante del
puesto. Está claro que si no pagamos por la frontera no pasamos, y
por aquí hay que untar a demasiados.
Estamos a sábado día 2. Llevamos tres días intentando
pasar y hoy por fin parece ser que cruzaremos por un vado del río
Psou, frontera natural entre la Federación Rusa y Abkhazia. Muy
cerca de su orilla está el establecimiento del personaje que nos va
a cruzar. Denís le dice que somos moldavos sin papeles que queremos
pasar. Sin hacer mas preguntas nos hace esperar en una parada de bus
en la misma carretera que va al puesto fronterizo. Haciendo que
compramos dos sacos de pan seco, y sin abrir la boca, esperamos la
señal. Nuestro hombre desaparece por el terraplén que baja al río y
al cabo de unos instantes vuelve. Nos manda bajar y esperar.
Nosotros no los vemos pero los dos guardias rusos suben
distraídamente a fumarse un cigarrillo. Agachados, corremos detrás
de nuestro guía. Saltamos una alambrada y seguimos corriendo.
Llegamos a la orilla. Nos señala al otro lado del río y todos al
agua. Es de noche, no hay luna. Con el agua por la cintura llagamos
en pocos minutos a la otra orilla. Un zarzal nos complica la salida.
Al rato cruzamos una pista y nos metemos en un bosque. Debemos
encontrar una carretera flanqueada por altísimos cipreses. Allí debe
esperarnos Vatek. Cruzamos por una plantación de la que salimos por
una pista que se cruza con la famosa carretera. Esperamos y a los
pocos minutos llega Vatek en su furgoneta. Esa noche dormimos en su
casa, en Gantiadi, donde recuperamos nuestras cosas. Lo más difícil
ya ha pasado.
Abkhazia.
El día siguiente comienza temprano. A las 8 de la
mañana nos llevan al mercado a comprar las últimas cosas, azúcar,
cebollas, ajos, mantequilla, etc. Es aquí donde nos enteramos de que
todo el mundo sabe quienes somos y lo más alucinante que hasta ha
habido apuestas de si pasábamos o no. Alguien ha conseguido sacarle
partido a nuestra estancia. Lo que no entiende nadie es qué hacemos
allí. Cuando les hablas de cuevas, claro suponen la existencia de
oro o algún tesoro. Al explicarles el motivo real los signos de
locura se hacen ostensibles. Una vez de vuelta en casa de Vatek,
llegan Yuriy y Denís. De inmediato organizamos el transporte y
después de un baño en el mar negro, cargamos el camión, un Gaz-66
tres ejes con tracción a las seis ruedas, y nos ponemos en marcha.
En la parte occidental de la meseta de Arábika se encuentra Orto-Balagán.
Este es un conjunto de cabañas habitadas por pastores. Aquí vive
Iván con su familia. Gracias a sus dos burros el porteo hasta el
campamento se hace más liviano. A las 9 de la noche, y después de
dos viajes cada uno, el campamento está listo.
Después de la cena, Yuriy, que es el que viene
organizando las expediciones en esta zona desde hace años, nos
informa del trabajo a realizar y la planificación del mismo, con el
objetivo de perder el menor tiempo en la instalación de la parte ya
conocida. Con ayuda de la topografía poco a poco nos vamos haciendo
una idea de la cueva y sus problemas. Después de la reunión los
primeros días quedan perfectamente organizados. Los objetivos son
claros, primero montar el vivac de –500, para luego, y cuanto antes,
bajarlo hasta la sala de –1200. Una vez en ella empieza el trabajo
serio. En un principio llegar hasta –1200, no debe suponer mayor
complicación, ya que la sima está explorada hasta este punto. Un
problema añadido es el de que hemos perdido tres días en cruzar la
frontera y la vuelta se prevé, por lo menos, igual de complicada.
Esto merma el número de días efectivos de exploración, por eso el
llegar al vivac profundo cuanto antes es primordial para el fin de
la expedición.
Con estas premisas claras, al día siguiente (4 de
septiembre) se comienza con la instalación. Serán una sucesión de
entradas a la sima relevándose e intentando no interrumpir el ritmo
casi frenético de trabajo auto impuesto. Para empezar entro con
Yuriy e instalamos hasta pasado el meandro Krym (-200). Bernard,
Olivier, Lepera y Cuadro, son los encargados de bajar las cosas
necesarias para el vivac, por lo que entran detrás de Yuriy y Denís
que siguen con la instalación. Este mismo día, estos últimos ya
pueden dormir en el vivac (5 de septiembre) mientras que los otros
salen al campamento.
Es de nuevo Yuriy “el incansable”, el encargado de
continuar con la instalación, para eso baja Sergio, acompañado por
Alfredo, a relevar a Denís que sale acompañado por este último (6 de
septiembre). Siguiendo la tónica general y tras convencer a Yuriy
para que salga, en esta ocasión nos toca a Zape y a mi el continuar.
Nos los cruzamos en la sala del vivac y después de intercambiar
novedades, progresamos hasta el punto dejado por ellos.
Aproximadamente a –790, recogemos el “testigo” y continuamos. Es a
partir de esta zona en la que encontramos los primeros problemas.
Debido, probablemente, a las lluvias caídas recientemente, debemos
ir cambiando la instalación con el fin de evitar el agua que cae
insistentemente por los pozos, con lo que en muchos casos, las
cuerdas dejadas en la anterior expedición, resultan insuficientes.
Esto sumado a que los nuevos seguros hay que meterlos a mano, ya que
no se había considerado esa posibilidad y no se ha bajado el
taladro, reduce en mucho el ritmo impuesto hasta el momento. Así a
todo llegamos a –970 (7 de septiembre).
A la mañana siguiente nos despiertan los gritos de
Lepera y Cuadro. Ellos deben desmontar el vivac y acompañar a Denís,
Bernard y Alfredo con todos los bultos ya que según el cálculo, hoy
deben llegar hasta la sala de –1200. Nosotros salimos. A ritmo
normal desde el vivac a la calle se tardan tres horas y media. La
progresión del grupo de instalación se ve frenada. Se han olvidado
las brocas para el taladro, por lo que deberán meter a mano todo lo
necesario para llegar abajo. Después de un interminable número de
horas, y cambiándose el buril de unos a otros, por fin llegan a la
sala donde emplazaremos la tienda que nos servirá de refugio durante
los siguientes días (8 de septiembre).
Denís sale de madrugada. Ya por la mañana nos
informa de que Bernard y Alfredo harán punta como se había previsto,
y nos advierte de la cantidad de agua existente en la última parte.
La última punta deberíamos hacerla Yuriy, Zape y yo, y mañana
deberían hacer punta Sergio y Oli, aunque debido al malestar de
estos dos y al de Yuriy, mañana seremos Zape y yo los que entremos
(9 de septiembre).
Sólo hemos descansado un día pero las circunstancias
obligan. En cuatro horas pasadas, llegamos al vivac donde nos
esperan Alfredo y Bernard. Comemos algo, preparamos el material y
después del intercambio de impresiones tiramos hasta donde lo
dejaron el día anterior. La continuación es por una galería estrecha
por la que circula el río. Luego un paso estrecho seguido de un
destrepe. Aquí se abre un p-20 por el que se precipita toda el agua.
Intentamos alejar la instalación de la cascada pero, y debido a las
dimensiones del pozo, en la última parte es imposible no mojarse. De
aquí buscamos la continuación por una galería estrecha hasta una
gatera. Debemos atravesar una cascada para seguir progresando. Este
húmedo punto es el más profundo de la cavidad, estamos a –1410
metros de profundidad, lo que convierte a esta sima en la 7ª
profundidad mundial. Optamos por darnos la vuelta y tiritando y
completamente empapados volvemos al vivac. Nos cruzamos con Bernard
y Alfredo que están topografiando. Les contamos rápidamente y
continuamos saliendo. Ya en el vivac con ropa seca, esperamos a que
lleguen. Sopesando las opciones, Bernard decide salir para así
avisar al grupo de mañana, para que no traigan mas material ya que
la progresión desde este punto es impensable sin material aislante
(10 de septiembre).
Al día siguiente salimos. A –1000, nos encontramos
con Yuriy, Oli y Sergio, que deben revisar nuestra punta, subir el
vivac hasta –500 y desinstalar lo que puedan. Les confirmamos lo que
les ha contado Bernard y proseguimos. Tras once horas y con una
parada a –500, llegamos al exterior. Debido a la cantidad de agua y
al intenso frío, la subida se ha hecho durísima. Yo completamente
destrozado, Alfredo algo mejor y Zape vomitando en la última parte
del recorrido (11 de septiembre).
Los que están dentro no sólo consiguen subir el
vivac sino que desinstalan hasta –500, sin duda nos han ahorrado dos
días de trabajo. Durante la desinstalación del último tramo, se
localiza una ventana a –1340, que da paso a un meandro seco por el
que se perdía el aire. (12 de septiembre).
Entran Lepera y Cuadro para subir cosas. Durante el
desayuno en el vivac estalla la bombona con la que calentaban agua.
Se han visto afectados tanto Sergio como Oli. Deben salir de
inmediato. Una vez fuera y en contacto con la unidad de quemados de
un hospital francés, se les tratan las heridas con la mayor rapidez,
intentando, en la medida de lo posible, evitar las temidas
infecciones. La desinstalación se remata en dos días y ya el día 16
estamos en Gantiadi celebrando nuestro triunfo.
Pero aún nos queda un último problema a resolver,
cruzar de nuevo la frontera. Ya nos sabíamos el guión a la
perfección. Yuriy va a hablar con nuestro contacto. Al cabo de unas
horas trae noticias frescas, será esta noche. Un coche nos
trasladará hasta la famosa carretera de los cipreses, de allí
deberemos ganar la orilla del río y esperar a nuestro guía.
Coordinados con nuestros teléfonos móviles, viene a recogernos Grisa
en la furgoneta de un griego, bregado en mil y una, y con mas mili
que el capitán trueno. Nos llevan hasta el punto convenido. Como
verdaderos profesionales, y esta vez sin ningún despiste llegamos a
la orilla. La señal de “todo en orden”, sería una barbacoa, visible
desde cualquier punto del río. Minutos mas tarde llega nuestro
contacto armenio. De nuevo carreras. Salto de alambrada. Mas carrera
y al final el coche. En unos minutos nos estamos riendo brindando
con Vodka al más puro estilo ruso.
Al día siguiente Vatek aparece con todas nuestras
cosas. Sólo falta despedirnos. El día 19 el avión sale puntual. En
Moscú nos espera Denís. Cambiamos de aeropuerto y a las 18:45
embarcamos rumbo a Madrid a donde llegamos a las 22:00 h.
Expedición de diciembre 2000
Se optó por proseguir la exploración de la sima en
invierno, cuando la cantidad de agua en la cavidad era menor debido
a las bajas temperaturas en superficie. Esta expedición estaba
integrada en exclusiva por Rusos y Ucranianos.
El 27 de diciembre los once expedicionarios
procedentes de Kiev, Poltava, Uzhgorod y Moscú, se reunían en Adler
para dar comienzo a la siguiente fase de exploración. Como el tiempo
lo permitía, el 28 por la mañana subían en un viejo helicóptero
soviético, con dos toneladas y media de impedimenta, hasta Orto-Balagán.
En días sucesivos el tiempo empeoró notablemente,
con fuertes vientos y abundante nieve, aunque bajo tierra las
condiciones eran, como se esperaba, las idóneas. El 30 de diciembre
se instalaba el vivac de -500 m y el 2 de enero el de -1200m. El 3 y
4 de enero el equipo de punta, dirigido por Yuriy Kasyan, llegaba
hasta -1340m. donde habíamos visto la ventana en la expedición de
septiembre, y que se suponía la posible continuación. El 5 de enero
Denís Provalov y Oleg Klimchuk instalaban hasta -1580 m. Por fin, en
la noche del 5 al 6 de enero, Konstantín Mukhin e Ll'ya Zharkov
batían el récord del mundo al alcanzar la cota de -1680 m.,
quedándose en la cabecera de un pozo de considerables dimensiones.
La noticia de récord corría como la pólvora por todo el mundillo
espeleológico en los cinco continentes, mientras en la siguiente
entrada se alcanzaba el, hasta ahora, final de la sima, una enorme
sala a -1710 m. que fue bautizada "Sala de los espeleólogos
soviéticos". En el gran caos de bloques de esta sala y en otras
zonas de la cavidad quedan todavía incógnitas muy prometedoras que
hacen esperar nuevos récords en próximas expediciones.
En los días siguientes se desinstaló la cavidad y se
comenzó a preparar el retorno a la civilización, previsto para el 11
de enero, de nuevo por aire. La intensa nieve que caía y el mal
tiempo impedían el regreso en helicóptero, así que el 13 de enero se
decidió descender a pie hasta el pueblo de Guzle, donde esperaba
Vatek con su camión. Al día siguiente, sorteando fuertes aludes,
conseguían llegar a Gantiadi sin más novedad que algún susto.
El 16 de enero los expedicionarios rusos llegaban a
Moscú, donde les esperaba un multitudinario recibimiento, con una
banda militar de música, varias cadenas de televisión y, por
supuesto, todos los espeleólogos de los alrededores.
Descripción.
La sima en líneas
generales es amplia, con grandes y vastos pozos hasta el vivac de
-1.200. En todo este recorrido sólo tiene un paso que se puede
considerar estrecho a -180 y los meandros en ningún caso son ni
demasiado estrechos ni incómodos. Existe un paso delicado
aproximadamente a -800 resultante de una desobstrucción realizada en
un caos de bloques, que por su relativa estrechez y la inestabilidad
del techo, sumado a que el agua circula por el suelo, le hace a este
merecedor del calificativo de delicado. Pero realmente lo que
resalta de esta cueva es el frío y la constante y siempre presente
corriente de agua que en forma de cascadas nos acompaña a lo largo
de todo el recorrido de la cueva. Esta morfología cambia al pasar
la sala del vivac de -1.200 y lo que eran grandes pozos son ahora
estrechos e incómodos, que supone estar en contacto con el agua en
la última parte explorada. Esta circunstancia sumada a la
profundidad a la que nos encontramos hace de esta parte la más
conflictiva de la cueva, aunque tener el vivac a esta profundidad
ayuda en mucho a las exploraciones.
PARTICIPANTES EN LAS EXPEDICIONES
Tres primeras expediciones
(1999-2000):
Yuriy
Kasyan (Poltava-Ucrania)
Yuliya
Timoshevskaya (Poltava-Ucrania)
A. Kovalev
(Khar’kov-Ucrania)
Yu.
Ivanov (Khar’kov-Ucrania)
D. Liman (Khar’kov-Ucrania)
A.
Zhdanovich (Uzhgorod-Ucrania)
M.
Zhdanovich (Uzhgorod-Ucrania)
M. Levinets
(Uzhgorod-Ucrania)
Vitaliy
Galas (Uzhgorod-Ucrania)
A. Karagan
(Dnepropetrovsk-Ucrania)
A. Lebed’
(Dnepropetrovsk-Ucrania)
A.
Romanenko (Kiev-Ucrania)
A.
Karpechenko (Kiev-Ucrania)
A.
Smakovenko (Kiev-Ucrania)
A.
Drizhiruk (Kotel’va-Ucrania)
O.
Ryazanova (Novaya Kakhovka-Ucrania)
G.
Ryabukhin (Kishinev-Ucrania)
Denís
Provalov (Moscú-Rusia)
Sergio
García-Dils de la Vega (Sevilla-España)
Luis J. Le
Pera Villafranca (Madrid-España)
Juán
A. Martín Otero (Madrid-España)
Alfredo
Moreno Rioja (Ramales de la Victoria-España)
Enrique
Ogando Lastra (Castro Urdiales-España)
Ignacio de
Rafael Ramos (Ourense-España)
Bernard
Tourte (Toulouse-Francia)
Olivier
Ubiergo (Toulouse-Francia)
Cuarta
expedición (2001):
Yuriy
Kasyan (Poltava-Ucrania)
Yuliya
Timoshevskaya (Poltava-Ucrania)
Nikolay
Solovev (Kiev-Ucrania)
Oleg
Klimchuk (Kiev-Ucrania)
Denís
Provalov (Moscú-Rusia)
Konstantín
Mukhin (Moscú-Rusia)
Sergey
Zubkov (Kiev-Ucrania)
Vitaliy
Galas (Uzhgorod-Ucrania)
Anatoliy
Povyakaylo (Poltava-Ucrania)
Dmitriy
Sklyarenko (Moscú-Rusia)
Ilya
Zharkov (Sverdlovsk-Rusia)
Comentario de E. Ogando.
Actualmente tenemos un -2000, pero entre medio ha
habido muchas alegrías y enfados. La competencia por alcanzar el
record ha sido bastante fuerte y la buena colaboración que había
entre Rusos y Ucranianos se fue al garete por intereses...
La conferencia del ruso Denis Provalov en el "incontro
internacionale de speleologia 2005" explico muy bien el trabajo de
"todos", sin menospreciar el trabajo de nadie. Los supuestos
"piratas rusos" sin "autorización" fueron en principio colaboradores
y amigos de los ucranianos. Poco después los intereses hicieron
separar estos dos.
La exploración del 2000 fue una colaboración
estupenda y un grato recuerdo. Supongo que para algunos, el rico
sabor del record tape el mal gusto de los enfados. Parece ser que es
más importante bajar más profundo que una buena colaboración.
En fin, es lo que hay
"y ahora"
ya son todos amigos de nuevo. ¿que pasara mas
adelante?
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